Aunque cada vez son más, no es muy frecuente que las empresas apuesten por ella como técnica formativa y de desarrollo personal (entre otras muchas aplicaciones), más aún teniendo en cuenta que han sido aplicadas frecuentemente en el área de marketing.
Mediante la gamificación se aplican mecánicas de juego en un contexto de no juego para lograr de forma rápida y eficaz los objetivos propuestos.
Todo apunta a que aporta beneficios para la empresa mejorando la consecución de objetivos, la motivación de los empleados y el compromiso con la empresa porque crea “engagement” de una manera positiva y divertida mediante el juego. Es una forma de conducir a los empleados por el mejor camino para llegar a las metas que se marca la empresa. Teniendo en cuenta todas sus ventajas, habría que plantearse el por qué de esta falta de aplicación.
Aunque puede ser utilizada para el reclutamiento de personal con éxito, utilizar técnicas de gamificación para retener, potenciar e incluso descubrir el talento dentro de tu propia empresa constituye un éxito a medio plazo que no implica una alta inversión de recursos y en cierta medida tampoco de tiempo, ya que durante el propio proceso los empleados están sacando el trabajo adelante.
Con la gamificación se consigue uno de los puntos más relevantes de cualquier empresa: que los objetivos individuales del trabajador (las funciones que implican su puesto de trabajo) sean percibidos y encauzados a objetivos comunes de la empresa.
El trabajador desarrolla ciertas habilidades sociales ya que las actividades desarrolladas mediante esta técnica implican la estrecha colaboración con el resto de miembros del departamento, favoreciendo el trabajo en equipo y suavizando conductas individualistas. En definitiva: ofrece la posibilidad de que los trabajadores tengan autonomía e iniciativa dentro de un marco común de consecución de objetivos. Favorece un clima laboral “descongestionado” y para aquellos que ejercen el liderazgo la percepción hacia ellos es de equipo y cooperación de una forma mucho más positiva. En consecuencia supone un aumento del rendimiento, la motivación y la formación continua del empleado, además de identificar habilidades, ya que las dinámicas de juego incentivan el espíritu de competición que permite descubrir las funciones para las que puede destacar cada trabajador. Y por supuesto una interiorización de la filosofía de la empresa.
La implicación del departamento de RRHH en la implementación de la gamificación en la empresa es fundamental, ya que será este departamento el que diseñe y modele el el proceso marcando los objetivos y las recompensas.
«LOS GANADORES NUNCA SE RINDEN Y LOS QUE SE RINDEN NUNCA GANAN»
Vince Lombardi
Para concluir, estos son algunos ejemplos de empresas que utilizan la gamificación con éxito:
– Google: es sin duda, uno de los referentes a nivel mundial en este sentido. Su política de empresa es exigente, pero deja lugar al descanso de sus empleados, así como a la diversión tanto dentro como fuera de la empresa. El 80% de la jornada se dedica al trabajo y el 20% restante a la creatividad.
– Deloitte: Deloitte puso en marcha el programa Leadership Academy. Un portal formativo online con técnicas de Gamificación que logró que los usuarios accediesen con más asiduidad al sistema, y permaneciesen más tiempo en el mismo, completando las tareas y retos que se les proponía.
– Accenture Land: decidió gamificar su gestión de recursos humanos para lograr una mayor participación e implicación por parte de sus empleados. Principalmente se basó en programas como la plataforma «Tu eres el centro», el programa «Tu bienestar» basado en hábitos saludables y «Eco Challenge» una iniciativa para fomentar un mayor compromiso medioambiental.